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PrólogoLa Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha elaborado el presente documento para someterlo a consideración de los Jefes de Estado y de Gobierno en la Quinta Cumbre de las Américas. Se trata de un panorama general, en cifras, de la evolución registrada en los últimos 15 años en los temas, problemas y desafíos más relevantes para el desarrollo de los países que pertenecen al proceso de las Cumbres de las Américas. De más está decir que las diferencias entre países son muy marcadas en prácticamente todo orden de cosas, por lo cual no es posible ni recomendable considerar a las Américas como una sola y relativamente homogénea realidad.Esta Cumbre se celebra en un momento muy especial de nuestra historia. Por una parte, acaba de estallar la mayor crisis financiera y económica de los últimos 70 años, que afecta en distinta medida a todos los países del planeta. Por otra, soplan nuevos vientos de libertad, cooperación y solidaridad con los más vulnerables, a todo lo largo de los países que forman parte de esta Cumbre. Se abre pues la oportunidad de sentar los cimientos de una nueva época en que, con la voluntad de todos y aprendiendo de la experiencia adquirida, logremos un desarrollo más equilibrado en nuestro hemisferio.La elección de los últimos 15 años como el tramo temporal sujeto a análisis no es casual, puesto que cubre el período de vigencia del proceso de Cumbres de las Américas, cuya primera reunión tuvo lugar en 1994, en Miami (Estados Unidos). A lo largo de estos 15 años, los Jefes de Estado se han comprometido a realizar los mayores esfuerzos para avanzar en el combate de la pobreza, el hambre y la exclusión y en el fomento de una distribución equitativa de los beneficios del crecimiento, y han reafirmado su apoyo a los principales instrumentos internacionales de protección y promoción de los derechos económicos, sociales, culturales, políticos, civiles y ambientales básicos.En el presente documento, que consta de 11 secciones, se caracterizan las tendencias observadas en los países miembros de las Cumbres de las Américas en los ámbitos demográfico, económico y social, y se presentan esquemáticamente la magnitud, distribución y evolución de los principales problemas y desafíos para el desarrollo, los mensajes e ideas fuerza básicas de diagnóstico y sus posibles repercusiones en las políticas públicas, teniendo como horizonte una cooperación cada vez más fructífera entre los países. La información estadística, si bien enfrentó limitaciones de disponibilidad, resulta un insumo imprescindible para entender mejor la realidad, así como para monitorear y evaluar los efectos de las políticas públicas, lo que destaca la necesidad de redoblar los esfuerzos por incrementar la producción de datos e indicadores oportunos y de calidad.En la primera sección se presenta el contexto demográfico que caracteriza al hemisferio. Se observa que desde mediados de la década de 1990 la población de las Américas creció a una tasa similar a la mundial y, aunque continúa la tendencia descendente del ritmo de aumento poblacional, se espera que en muchos países la población aumente significativamente en los próximos años. Por otra parte, un rasgo característico del continente es la intensidad de los flujos migratorios, cuyo principal destino en el caso de los emigrantes de América Latina sigue siendo los Estados Unidos, aunque en las últimas décadas se ha observado una diversificación cada vez más acentuada. A consecuencia de la migración las remesas cobran enorme relevancia, ya que en algunos países constituyen una de las fuentes de divisas más importantes.En la sección que trata sobre la producción y el comercio internacional, se destaca que las economías que forman parte de las Cumbres de las Américas aportan la tercera parte del PIB mundial pero con fuertes brechas entre países. Entre 1994 y 2007 el PIB de este hemisferio creció al mismo ritmo que el resto del mundo, aunque con profundas variaciones entre subperíodos; en la segunda mitad del decenio, sin embargo, la aceleración que registró dicho crecimiento se vio interrumpida por la crisis financiera internacional desatada hacia mediados de 2008. Por otra parte, el continente tiene, en promedio, un menor grado de apertura comercial que el resto del mundo y presenta un volumen de comercio intrarregional muy significativo.En la sección sobre energía se destaca el cambio en la composición de la oferta energética primaria: la reducción relativa del uso del petróleo, pero también el retroceso sufrido durante la presente década en el avance de la hidroenergía y la escasa relevancia que continúa teniendo la energía renovable. Se señalan además el estancamiento de la intensidad energética en las Américas y el gran espacio que aún existe para mejorar la eficiencia en este campo.En la sección sobre pobreza y distribución del ingreso se hace referencia a la disminución de la incidencia de la pobreza -uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio- que se registró especialmente en la presente década. Se destaca, sin embargo, que continúan siendo significativos los segmentos de la población que no cuentan con recursos para satisfacer sus necesidades básicas y que persiste el alto nivel de inequidad en la distribución del ingreso, que ubica a muchos países de las Américas entre las distribuciones más desiguales del mundo.En la sección sobre el empleo se exponen los desafíos que plantean la elevada informalidad, la desprotección laboral, las brechas salariales y los niveles de desempleo que caracterizan a los mercados laborales de muchos países de las Américas, pese a las notables mejoras registradas en estos planos, impulsadas por el crecimiento económico registrado desde principios de la década y hasta el año pasado. En la sección sobre educación se destacan los avances en la universalización de la educación primaria y los progresos en la asistencia a nivel secundario y preescolar, aunque en estos casos el déficit aún es considerable. Son precisamente los niños y jóvenes de los sectores socioeconómicos más postergados, entre ellos algunos pueblos indígenas, quienes revelan los peores indicadores en términos de asistencia y desempeño. Una situación similar se advierte en cuanto a la calidad de la educación.El incremento en el acceso a servicios básicos de saneamiento, en la atención de la salud maternoinfantil y determinados cambios en las conductas de la población contribuyeron a reducir la mortalidad infantil. En la sección sobre salud y nutrición figuran datos acerca de esta dinámica, aunque se señala la persistencia de niveles aún insatisfactorios en algunos países y regiones. La situación nutricional también ha mejorado en las Américas, pero en ciertas naciones todavía hay segmentos significativos de población que enfrentan dificultades en este plano.Los indicadores que se muestran en la sección sobre equidad de género dan cuenta de las brechas que aún existen entre hombres y mujeres en términos de sus ingresos en el mercado de trabajo, de la incidencia de la pobreza así como de la participación en la toma de decisiones. En los últimos 15 años, sin embargo, se han registrado avances en las Américas en algunos de los indicadores analizados.En la sección sobre los pueblos indígenas se presenta información que muestra que estos representan una proporción considerable de la población de algunos países de las Américas, que en algunos casos supera el 60% del total. Se destaca asimismo la profunda desventaja relativa de la población indígena respecto de indicadores que reflejan la calidad de vida.En la sección sobre la economía del conocimiento, se constata que los países analizados gastan, en promedio, un porcentaje del PIB inferior al de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en investigación y desarrollo, pero esta cifra encubre las fuertes asimetrías existentes entre las naciones de las Américas, puesto que los Estados Unidos y el Canadá muestran proporciones afines a los países desarrollados, mientras que el resto de la región exhibe niveles significativamente más bajos. Por su parte, se observa que la difusión de la telefonía fija en los países de las Américas se estancó a partir de 2004 y se expandió la telefonía móvil, aunque con disparidades entre países. A su vez, entre 2000 y 2007 se observa una creciente penetración de Internet, con ritmos de adopción diferentes entre los países, si bien las distancias han tendido a estrecharse.En la sección sobre medio ambiente se advierte que los principales problemas ambientales en América del Norte son la contaminación del aire y agua, el crecimiento descontrolado de áreas urbanas y la alta intensidad en el consumo de energía basada en combustibles fósiles. A su vez, se asevera que en América Latina y el Caribe se hacen cada vez más evidentes la pérdida de biodiversidad y de bosques y la sobreexplotación de los recursos naturales por encima de su capacidad de reposición, lo cual ha provocado la degradación de suelos y el agotamiento de pesquerías, y se señala que la urbanización acelerada y desarticulada y la persistencia de patrones insostenibles de producción y consumo están agravando problemas como la creciente generación de basura y el aumento en la contaminación del aire en las ciudades. Para todo el continente, el panorama descrito se ha visto agudizado por los impactos del cambio climático y el aumento de la intensidad y frecuencia de huracanes, inundaciones y deslizamientos.La CEPAL pone a disposición de la Cumbre de las Américas este documento, con el ánimo de aportar un conjunto de información estructurada sobre las principales tendencias y desafíos en el campo del desarrollo de los países de las Américas. Esperamos que este trabajo, que ha contado con el aporte del Banco Interamericano de Desarrollo, sea útil para fomentar el diálogo y la cooperación entre los países e identificar áreas pendientes para la cooperación, a fin de avanzar en el diseño de mejores políticas públicas y lograr un desarrollo más equilibrado.Alicia BárcenaSecretaria EjecutivaComisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)