El desarrollo de redes internacionales de producción, conocidas como cadenas regionales o globales de valor, ha sido una de las mayores transformaciones experimentadas por la economía mundial en las últimas décadas. Este proceso fue favorecido por la reducción de los costos de transporte internacional, los avances en las tecnologías de la información y de las comunicaciones, y la reducción de las barreras al comercio y a la inversión extranjera directa. Actualmente, gran parte de la producción y el comercio mundiales tiene lugar al interior de estas cadenas, lo que ha llevado a que los bienes intermedios ganen creciente importancia en el vínculo comercial entre los países.
La División de Comercio Internacional e Integración desarrolla estudios para identificar y cuantificar la presencia de países de América Latina y el Caribe en el cambiante mapa productivo mundial, en el que los flujos de comercio de bienes intermedios y de servicios, la conectividad y la logística son cruciales. Su trabajo busca también contribuir de manera propositiva a la formulación de políticas orientadas a mejorar la inserción de la región en esas cadenas.
Para la CEPAL, las cadenas de valor se enmarcan en el centro de una estrategia de desarrollo que busca la transformación productiva como eje para la reducción de la desigualdad. Por ende, la integración de los países en cadenas regionales y globales contribuiría a la reducción de las desigualdades a partir de la creación de empleos productivos y una mayor presencia de las pymes en la manufactura y los servicios.