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Palabras de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL
Reunión de Cancilleres de la CELAC
La Habana, Cuba, 27 de enero de 2014
Excelentísimo señor Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba.
Estimados y estimadas Ministros y Ministras de Relaciones Exteriores de los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños:
Reciban el testimonio de gratitud fraterna por la oportunidad que nos brindan de compartir en esta singular ocasión la voz de la CEPAL con ustedes. Para nosotros, asistir a estos trabajos, ofrecer nuestro aporte modesto al alumbramiento de esta comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, es ver por fin tomar forma a una de las aspiraciones esenciales que nos dieron origen.
Hacerlo aquí, en la tierra Martí, reviste además un simbolismo particular. ¿Cómo no reconocer en los asertos de su inteligencia visionaria, las semillas de la labor que hoy nos convoca?
Amigas y amigos, cuando indagamos por el sentido de esta empresa, cuando buscamos las razones de sus propósitos, encontramos a Martí, hace más de un siglo, afirmando con claridad emocionante: “Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas”.
A esto hemos asistido a La Habana, a forjar juntos esa Patria grande, sueño centenario y vigente.
La CEPAL ha estado junto a la CELAC desde su origen, en las reuniones que le dieron forma —en Costa de Sauípe (Brasil), Montego Bay (Jamaica) y Riviera Maya (México)— y en el momento de su nacimiento en Caracas en 2011 y Santiago de Chile (2013), porque consideramos su creación y puesta en marcha, como un suceso histórico de la mayor envergadura en la región.
Señores Ministros, la Presidencia de la CELAC ha tenido la gentileza de distribuir a ustedes dos documentos elaborados por la CEPAL, que ofrecemos como contribución a sus debates.
Nuestra vocación es pensar el desarrollo de América Latina y el Caribe desde la propia región, por eso nos sumamos entusiasmados a estos esfuerzos, convencidos, como lo expresaron los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Caracas en 2011, “que la unidad e integración política, económica, social y cultural de América Latina y el Caribe constituye, además de una aspiración fundamental de los pueblos […] una necesidad para enfrentar con éxito sus desafíos”.
La publicación Recursos naturales: situación y tendencias para una agenda de desarrollo regional en América Latina y el Caribe, entrega insumos para el debate regional respecto de la dotación y el aprovechamiento sostenible y más equitativo de los recursos naturales, como prioridad de la agenda de las políticas públicas de los países de América Latina y el Caribe. Profundiza en la gobernanza de los sectores de recursos naturales y el cambio estructural de largo plazo de las economías latinoamericanas. Presenta información detallada respecto de las tendencias y evolución reciente para el sector minero y de los hidrocarburos, así como muestra el desarrollo de los sectores hidroeléctrico, de servicios de agua potable y saneamiento, en los países de la CELAC.
El debate sobre la dotación y el aprovechamiento sostenible y más equitativo de los recursos naturales es una prioridad de la agenda de las políticas públicas de los países de América Latina y el Caribe. Los países de la región poseen una de las mayores reservas minerales del planeta: litio, plata, cobre, estaño, hierro, bauxita y níquel, entre otros. También son importantes sus reservas petroleras. En materia de recursos hídricos, los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños ocupan solo el 15% del territorio mundial, pero reciben casi el 30% del total de precipitaciones y generan el 33% de la escorrentía. Si bien esta región es una de las que tiene una mayor abundancia de agua, su distribución es muy desigual y los recursos hídricos están sujetos a múltiples presiones, como la creciente contaminación hídrica, la degradación de las cuencas de captación y el uso insostenible y el agotamiento de los acuíferos, como resultado del crecimiento demográfico, el desarrollo socioeconómico y la interferencia creciente de la sociedad en el ciclo hidrológico.
La gobernanza de los recursos naturales es tema relevante para la región, entendiendo por ella el conjunto de políticas soberanas de los países sobre la propiedad de los recursos naturales y su apropiación, así como la distribución de las ganancias de productividad derivadas de su explotación.
América Latina y el Caribe tiene la necesidad de avanzar hacia los siguientes consensos políticos para fortalecer la gobernanza de los sectores de recursos naturales en los países de la CELAC y en la región en general:
- Lograr mayor progresividad en la participación del Estado en las rentas por explotación de recursos naturales, particularmente en los ciclos de auge de precios persistentes como el actual. Para alcanzar este objetivo puede ser necesario introducir actualizaciones al marco tributario aplicado a estos sectores, a fin de aumentar su progresividad. También se requiere establecer mayor coordinación entre los países de la región que son receptores de la inversión en estos sectores para evitar la competencia fiscal, que actúa en sentido contrario, reduciendo el margen de negociación de los Estados para capturar un mayor porcentaje de la riqueza proveniente de la explotación de sus recursos.
- Desarrollar mecanismos institucionales que aseguren una inversión pública eficiente de las rentas generadas por la extracción de recursos naturales, destinándolas en forma específica al mejoramiento del capital humano (educación, salud), la infraestructura, la innovación y el desarrollo tecnológico; y que garanticen el adecuado manejo de los dilemas de economía política implícitos en la distribución e inversión pública de dichas rentas entre distintas prioridades sociales y distintos niveles de gobierno.
- Desarrollar la capacidad institucional necesaria para la gestión efectiva de los conflictos socioambientales que surgen en el desarrollo de los sectores de explotación de recursos naturales. En la mayoría de los países se ha producido una multiplicación y judicialización creciente de conflictos asociados al desarrollo de proyectos e infraestructura energética, minera y de transporte (entre otros) necesarios para el desarrollo de los sectores de recursos naturales. Esta tendencia ha hecho evidente la carencia de políticas de Estado, capacidad institucional y mecanismos expeditos de compensación y de resolución de conflictos, mediante los cuales se logre conciliar las legítimas demandas sociales de los grupos afectados con el desarrollo del potencial económico de los recursos que constituyen las principales ventajas comparativas de la región en el comercio internacional.
- Desarrollar una política de Estado y una visión estratégica de diversificación productiva y cambio estructural de largo plazo, que haga posible un progresivo desacople de la economía nacional respecto de una excesiva dependencia de los sectores extractivos. El cambio estructural consiste en el desarrollo de nuevas industrias asociadas a la innovación y el desarrollo tecnológico, intensivas en la generación de empleo de calidad y con alto potencial de crecimiento
Señoras y señores Ministros, todos sabemos que América Latina y el Caribe es un gran territorio de contrastes. Abundante en recursos naturales como hemos visto, cultural y étnicamente diversa, social y económicamente desigual. Tiene una rica tradición de solidaridad, pero también de históricos grandes desencuentros y disputas. Posee un gran potencial, producto del camino recorrido y de su presente de países con estabilidad política, económica, social y de un futuro promisorio. Esto último porque América Latina y el Caribe, en las últimas décadas, ha visto crecer su economía, disminuir su pobreza y ha comenzado un proceso, aunque todavía modesto, de disminución de su secular desigualdad.
El Panorama Económico y Social de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que ustedes tienen en su poder, no hace más que reflejar en cifras para el 2013, la realidad de nuestra región.
Permítanme destacar algunos números que grafican el desempeño y desafíos de la región.
En 2013 el PIB de América Latina y el Caribe creció un 2,6%, cifra inferior al 3,1% registrado en 2012. Este resultado ilustra la desaceleración económica regional que se manifiesta desde 2011. No obstante, hubo diferencias importantes en los ritmos de crecimiento de los países. El bajo crecimiento regional en 2013 responde en parte al bajo dinamismo de las dos mayores economías de América Latina y el Caribe: Brasil (2,4%) y México (1,3%). Excluidos estos dos países, el alza del PIB regional alcanzó el 4,1%. El Paraguay fue la economía que anotó la mayor tasa de expansión (13%), seguida de Panamá (7,5%), Bolivia (Estado Plurinacional de) (6,4%) y el Perú (5,2%). Las economías de la Argentina, Chile, Colombia, Guyana, Haití, Nicaragua y el Uruguay crecieron entre el 4% y el 5%.
Se proyecta que la economía mundial se expandirá en 2014 a un ritmo del 2,9% y que el crecimiento se recuperará tanto en países desarrollados como en desarrollo. En América Latina y el Caribe, se prevé cierta aceleración del crecimiento del PIB, que alcanzaría una tasa en torno al 3,3%, asociado a un entorno externo más favorable, que contribuiría a un aumento de las exportaciones. Este mayor crecimiento regional dependerá, en parte, de que continúe la recuperación en México y mejore el crecimiento del Brasil.
Desde mediados de 2011 los precios de varios productos básicos de exportación de la región han mostrado una tendencia a la baja, lo cual correspondería a un proceso de estancamiento o de disminución gradual de precios a mediano plazo, resultante entre otras cosas de la moderación del crecimiento de China, el principal destino de varios productos primarios de la región, el bajo dinamismo de las economías desarrolladas y un aumento de la oferta de estos productos al nivel mundial.
Se estima que en 2013 los términos de intercambio de la región en su conjunto se habrían deteriorado un 2,5%. En el caso de América del Sur el deterioro superaría el promedio (2,8%), principalmente por la tendencia a la baja de los precios de los productos mineros y metálicos, que implica un deterioro del 4,6% de los términos de intercambio de Chile y del Perú. Asimismo, habría un retroceso de un 2,3% de los términos de intercambio de los países exportadores de productos agroindustriales (Argentina, Paraguay y Uruguay). Los términos de intercambio de los países exportadores de hidrocarburos (Bolivia (Estado Plurinacional de), Colombia, Ecuador, Trinidad y Tabago y Venezuela (República Bolivariana de)) retrocedieron un 2,8% debido a menores precios de exportación.
En América Latina el aumento del gasto fue cercano a un punto del PIB, desde un 21,6% del PIB en 2012 a un 22,4% en 2013. Los países donde se produjeron los mayores incrementos fueron la Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), el Ecuador, Guatemala y el Perú. Dentro del Caribe, en Antigua y Barbuda, Guyana y Trinidad y Tabago los gastos se incrementaron más de tres puntos del PIB, financiados por los ingresos provenientes de la exportación de materias primas y donaciones de capital.
La inversión extranjera directa recibida por América Latina y el Caribe en 2012, mostró un crecimiento del 5,7% respecto del año anterior, alcanzando así un nuevo récord histórico de 174.546 millones de dólares, lo que confirma una trayectoria de crecimiento sostenido que se verifica desde 2010. Esto sucedió en un contexto internacional marcado por la incertidumbre, donde los flujos mundiales de IED mostraron una contracción (13%) respecto del año anterior hasta alcanzar niveles cercanos a los registrados en 2009.
La distribución sectorial de la IED recibida por la región en 2012 mantiene una estructura parecida a la del promedio de los cinco años anteriores. Si bien en 2012 hubo un pequeño incremento del peso relativo de los servicios —que representaron el destino más importante (44%)— y una leve reducción de la manufactura —que continuó representando el 30%—, los sectores basados en los recursos naturales mantuvieron la misma participación que durante el período 2007-2011 (26%).
Los beneficios que las empresas transnacionales obtienen de sus operaciones en América Latina y el Caribe se incrementaron 5,5 veces en nueve años, pasando de 20.425 millones de dólares en 2002 a 113.067 millones en 2011. El crecimiento tan marcado de estas utilidades —también denominadas renta de IED—, tiende a neutralizar el efecto positivo que produce el ingreso de la inversión extrajera directa sobre la balanza de pagos. La evidencia para América Latina y el Caribe muestra que durante los últimos años los egresos registrados como renta de IED alcanzaron casi el mismo nivel (92%) que los ingresos como flujos de IED.
En materia social, la tasa de pobreza de América Latina en 2012 alcanzó al 28,2% de la población, y la indigencia o pobreza extrema, al 11,3%. Estos porcentajes equivalen a 164 millones de personas en situación de pobreza, de los cuales 66 millones son pobres extremos.
Estos valores representan una disminución de la tasa de pobreza con respecto a 2011 (29,6%), de alrededor de 1,4 puntos porcentuales. La pobreza extrema se mantuvo sin cambios apreciables, ya que el valor observado en 2012 es apenas 0,3 puntos porcentuales inferior al de 2011 (11,6%). Ello implicó que el número de personas pobres decreciera en aproximadamente 6 millones en 2012, mientras que el número de personas en situación de indigencia se mantuvo constante.
En la tasa de pobreza al nivel regional juegan un papel preponderante los cambios registrados en los países de mayor población. En los resultados de 2012 tuvieron un impacto importante las caídas observadas en el Brasil y en Venezuela (República Bolivariana de), que implicaron una disminución del número pobres de alrededor de 6 millones de personas.
Si bien este año 2013 la pobreza disminuyó, el ritmo de su caída ha sido menor y nos hace pensar en la necesidad de replantearse las políticas públicas con las que hasta ahora hemos combatido la pobreza, como es el caso de las transferencias condicionadas.
La elevada desigualdad en la distribución de los ingresos es uno de los rasgos característicos de América Latina en el contexto internacional. Los datos más recientes disponibles indican que el quintil más pobre capta en promedio un 5% de los ingresos totales, con participaciones que varían entre menos del 4% (en Bolivia (Estado Plurinacional de), Honduras, el Paraguay y la República Dominicana) y el 10% (en el Uruguay), mientras que la participación en los ingresos totales del quintil más rico promedia el 47%, con un rango que va del 35% (en el Uruguay) al 55% (en el Brasil).
La distribución del ingreso ha mostrado una lenta tendencia a la mejora en los últimos diez años. Estos cambios han ocurrido de manera gradual y son apenas perceptibles en las variaciones de año a año, pero son evidentes en una comparación de períodos más largos.
Desde la CEPAL aspiramos a que el Panorama Económico y Social se convierta en una publicación permanente que acompañe los trabajos de la CELAC, que se publique anualmente con ocasión de cada cumbre de la Comunidad y cuyas ediciones se encadenen cronológicamente en una serie continua que permita análisis históricos del desempeño económico y social de esta Comunidad y se constituya como un acervo de la región.
Señores y señoras Ministras y Ministros, recibiremos con mucho orgullo y responsabilidad los mandatos que el Plan de Acción de la CELAC 2014 le encargue a la CEPAL (en seguridad alimentaria y nutrición y erradicación del hambre y la pobreza, cultura y diálogo entre las culturas, desarrollo productivo e industrial, medio ambiente y agenda de desarrollo post 2015).
Quisiera comprometer a la CEPAL, ante ustedes, para acompañar técnicamente a la CELAC en la definición de la agenda de desarrollo post 2015, para reforzar la relevancia de la incidencia regional en el proceso de su formulación y seguimiento global. Asimismo, para avanzar en la construcción de una postura regional ante la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
La CELAC es el logro político más importante de los últimos tiempos en la región y la CEPAL, a través de estos aportes, reitera su compromiso con la consolidación y éxito de esta Comunidad.
Nos anima en este esfuerzo la visión que dibujaba hace 130 años la pluma de José Martí: “Como gigantes que ya se cansan de reposar, se ve que se levantan y emprenden la marcha nuestros pueblos nuevos”, apuremos juntos el paso.
Muchas Gracias