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Avances en integración regional mejorarían inserción internacional

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2 de julio de 2004|Comunicado de prensa

Hoy se realizará un seminario sobre retos y oportunidades del desarrollo productivo en el marco del CAFTA. Trigésimo período de sesiones.

A comienzos de 2004 había 215 acuerdos comerciales bilaterales y regionales vigentes en el mundo y se espera que su número se eleve a 300 en 2007. Alrededor del 40% del comercio mundial tiene hoy lugar en el ámbito de estos tratados y la expectativa es que, en 2005, supere el 50%. Los países de América Latina y el Caribe participan también en esta tendencia.

Si bien varios de estos acuerdos garantizan el acceso a los mercados de los países desarrollados, en muchos casos reducen los espacios de maniobra de los gobiernos latinoamericanos para sus políticas de desarrollo productivo y generan desvíos de comercio dentro de la región, advierte la CEPAL en el documento Desarrollo productivo en economías abiertas, presentado en el Trigésimo período de sesiones.

Además, los procesos simultáneos y en múltiples direcciones de la política comercial reducen los esfuerzos destinados a favorecer los acuerdos de integración regionales dado las limitadas capacidades administrativas e institucionales de los países. Las tensiones que estos acuerdos imponen sobre el proyecto político de integración regional requieren de un nuevo y renovado compromiso de los países, compromiso que afortunadamente los países vienen adoptando en los últimos tiempos.

Aunque se sigue avanzando en las negociaciones encaminadas a la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el planteamiento original fue modificado para sortear los obstáculos en la negociación. Ahora el acuerdo se centraría en un núcleo reducido de cláusulas comunes, mientras que el resto de los temas quedaría a la libre elección de los países.

Ante el lento avance de las negociaciones multilaterales de la Ronda de Doha, Estados Unidos y la Unión Europea tomaron la iniciativa de firmar tratados de libre comercio bilaterales con varios países de la región, opción que ha sido favorablemente acogida por ellos. Los acuerdos de los países de la región con Estados Unidos también fueron potenciados por las dificultades de avanzar en el ALCA.

Estos acuerdos aportan ciertos beneficios, como el acceso a los mayores mercados del mundo, la consolidación de posiciones y preferencias que antes eran motivo de concesión discrecional y la posibilidad de una creciente apertura comercial.

Pero la CEPAL recomienda considerar también los costos. El comercio intrarregional se verá afectado por desvíos del intercambio en la dirección Norte-Sur y los países que no se encuentren amparados por estos tratados registrarán pérdidas netas. Por otra parte, existe el riesgo de que quienes tienen un acuerdo pierdan interés por un tratado más ambicioso de carácter regional.

Según la CEPAL, las ventajas de un proyecto hemisférico de integración son numerosas y permitirían superar varias de las limitaciones del escenario que se va perfilando. Los resultados dependerán del esfuerzo y liderazgo invertido en las negociaciones sobre el sector agrícola, que resultan claves para varios actores, especialmente para los países miembros del Mercosur, junto con la inclusión de otros temas relevantes para Estados Unidos.

El futuro de los acuerdos subregionales
La situación actual de los acuerdos subregionales es la de una unión aduanera imperfecta en la cual el camino hacia un mecanismo más acentuado de integración enfrenta serias dificultades. La CEPAL estima que será difícil que los bloques permanezcan por mucho más tiempo en este estadio embrionario de integración frente a las tendencias de las negociaciones comerciales con el resto del mundo. Si los países optaran por multiplicidad de tratados bilaterales, los acuerdos sub-regionales perderían relevancia desde la óptica económica, excepto que los países estén dispuestos a profundizarlos en temas tales como la eliminación de todas las restricciones al comercio de bienes, la apertura total del sector servicios, el establecimiento de estándares y reglas fito-sanitarias comunes, similares regulaciones en bancos, seguros y otros aspectos financieros, la creación de una infraestructura regional y avances en la coordinación macroeconómica.

Si se lograran avances en los acuerdos intrarregionales, los beneficios del regionalismo abierto podrían ser:

  • Desmantelar los costosos mecanismos de reglas de origen aplicables entre los socios

  • Mejorar la capacidad de negociación con otros bloques

  • Realzar la eficacia de los miembros en cuanto a las actividades y los bienes que reciben un trato discriminatorio a nivel internacional

  • Reforzar el proceso de negociación multilateral.

Ver cuadro. América Latina (países seleccionados): Acuerdos preferenciales
de liberalización comercial, 1991, 1995 y 2003.

* Hoy tiene lugar en el marco del Trigésimo período de sesiones de la CEPAL el seminario Retos y oportunidades del desarrollo productivo en el marco del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos. Participa como moderador, Harry Brautigam, Presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Como panelistas participan, Alberto Trejos, Ministro de Comercio Exterior, Costa Rica; Marcio Cuevas, Ministro de Economía, Guatemala; Blanca Imelda de Magaña, Viceministra de Comercio e Industria, Ministerio de Economía, El Salvador; Melvin Redondo, jefe negociador del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y los Estados Unidos, Secretaría de Industria y Comercio, Honduras; Alvaro Porta, Director de Comercio Exterior, Ministerio de Fomento, Industria y Comercio, Nicaragua; y Manuel Díaz Fanjul, Asesor, Secretaría de Estado de Industria y Comercio, República Dominicana.